sábado, agosto 08, 2009

LA MISMA CHOLA CON DISTINTA POLLERA

Son interesantes las cosas que a veces escucho desde mi balcón. Ese dicho popular: "La misma chola con distinta pollera" lo conozco desde que soy pequeña. No es un dicho "racista" como alguno quizo hacerlo ver, ya que con esta frase damos a entender que pese al cambio de la vestimenta, siempre será el mismo personaje. Eso lo aplicamos a hechos o actos que aunque parecieran innovadores, al final resultan ser lo mismo. Especialmente los politicos, que presentan nuevas ideas, nuevas leyes, pero que en el fondo no han cambiado, solo cambian el nombre o alguno que otro artículo.
Generalmente esta expresión la decimos de forma incrédula o cuando estamos decepcionados de alguien que nos promete algo. Por ejemplo, los gobiernos de turno que se la pasan cambiando los nombres a las instituciones públicas, pero el contenido es el mismo, cuando lo que deberían hacer es mejorar el sistema, no quedarse pensando que con cambiar el nombre basta. Así tenemos a las Superintendencias, que muchas de ellas no debieron ser suprimidas porque estaban cumpliendo un buen papel, o las que fueron "disfrazadas" bajo otro nombre o modalidad, pero que en realidad no llenaban las espectativas para las que fueron creadas. No es cuestión de cambiar por cambiar, o porque con el cambio aprovechen para colocar a sus adeptos o familiares, es cuestión de realizar un estudio o inspección para ver si realmente vale la pena que continuen existiendo o no. Hay que reducir la burocracia, creando fluidez en los trámites y atención al público, no obstaculizar mediante la ampliación o creación de nuevas instituciones o secciones que además de estar manejadas por personas inexpertas resultan "infartantes".

sábado, agosto 01, 2009

¿REIR O LLORAR?

Mi Balcón se estremece, no sé si es de risa o de llanto.
Entre las cosas increíbles de este mundo (aunque ni Ripley lo crea) se encuentran leyes y decretos emitidos por algunos gobernantes que, en su afán de no pasar desapercibidos o "lucirse" ante sus seguidores, con sublime ignorancia los consideran como "únicos" y "revolucionarios". Cuando escucho o leo estas disposiciones al igual que mi balcón me estremezco.
No voy a comentar sobre la controvertida Ley venezolana contra la libertad de expresión, ya que obviamente, cae por su propio peso. Aunque estoy segura que el gobierno boliviano hará otro tanto (ya que de imitar se trata).
Tampoco diré nada acá sobre tantas y tantas disposiciones y decretos que como simples granitos purulentos van emergiendo en esta fachada gubernamental.
Quiero hablar sobre la última disposición comentada por un personero del Estado y que parece estar avalada por el Presidente. Se trata de la orden que se emitirá a todas las Instituciones públicas, (seguramente con intención de extenderlas a las privadas) de prohibir el uso del título universitario delante el nombre (es decir ingeniero, abogado, doctor, licenciado etc) , por considerarlo "discriminatorio" y humillante ante las personas "que por no ser ricas no pudieron acceder al mismo".
¡Viva la pepa! dirán los muchachos de ahora y dejarán de estudiar, ya que no será necesario tener un título ni conocimientos para acceder a cualquier puesto clave o importante, bastará con tener un "padrino" político.
La ingenuidad de estas declaraciones, conlleva a preguntarnos si en verdad estamos avanzando o retrocediendo.