domingo, febrero 28, 2010

¿QUE CULPA TENGO YO?

El otro día ví que una señora reñía a su hijo adolescente, seguramente por alguna travesura cometida en el colegio, el muchacho con una cara tremenda de ingenuidad le decía: pero mamá, ¿qué culpa tengo yo? Sonreí ante esta exclamación, pues vinieron a mi memoria muchos recuerdos, ya que todos, quién mas quien menos, en algún momento de nuestra vida nos hicimos la misma pregunta. Pero esta pregunta ahora se hizo muy actual entre todos los pobres habitantes de esta bella ciudad. Veamos porque:
Recorriendo con mi balcón por las calles del centro, ví que éstas estaban repletas de vehiculos que no podían avanzar, porque unos cuantos señores (si unos cuantos) se pusieron a bloquear una avenida principal, protestando contra una autoridad, pero impidiendo el paso a personas que nada tenían que ver con esa autoridad, solo pretendían ir a sus fuentes de trabajo, o talvez al médico, o al colegio, universidad etc etc. Un momento de esos, un pasajero entre angustiado y molesto explamaba: ¿Qué culpa tengo yo para que me impidan llegar a tiempo? Enorme razón la suya, mientras que quienes deberían responder o enfrentar esta situación, seguramente se encontraban transitando felices por otras vías sin sufrir demora alguna.
Me trasladé a un mercado, donde observé que los artículos de primera necesidad, subieron de precio haciendo que resulte imposible llenar la canasta familiar, el motivo era que las lluvias actuales provocaron destrozos en la cosecha y quizás escasearían o tal vez porque habrá poco combustible y los transportistas subirán las tarifas, supuestos que no pasaban de simples rumores, que no ocurrieron todavía pero que resultó ser el detonante para algunos aprovechadores y agiotistas, causando la desazón de las amas de casa quienes sumamente angustiadas ante los reclamos de su familia, solo atinan a decir: ¿Qué culpa tengo yo?
Paseando por los pasillos de un Ministerio, ví como una alta autoridad de dicha institución, revisaba una solicitud de empleo de una profesional, quien no solo reunia todos los requisitos exigidos, sino que tenía una calificación alta en sus exámenes, pero dicha autoridad, no tomó en cuenta las habilidades ni experiencia profesionales, sino que se fijó en el apellido del profesional y al ver que era familiar de una "persona non grata" para el actual gobierno, lo rechazó. Cuando le dijeron al profesional el motivo por el cual no se lo contrataba, lleno de ira preguntó: ¿Qué culpa tengo yo? Este problema lo veo muy seguido ultimamente, ya que pesa más el encono o ira particular que la profesionalidad.
Pero.. que pasa en un minibús que se tuvo que aboradar por necesidad ante la carencia de los llamados "trufis"?, aparte de ir un poco incómodo, somos torturados con los gritos del voceador o con la música que pone a gritos el chofer, hasta que en un momento de desesperación nos preguntamos :¿Que culpa tengo yo para recibir esta tortura?
Por último, como corolario a tanta desdicha, recibimos la noticia de que los choferes entrarán en paro de 48 horas, sin importarles los pobres ciudadanos que deben trasladarse a sus oficinas, colegios, universidades. Se nota que los choferes ganan bien para darse el lujo de parar tantas horas, pero... ¿Qué culpa tiene el pobre ciudadano?
Ante estos pocos ejemplos, uno se pone a reflexionar y se da cuenta que el tan proclamado "cambio", "transparencia", "justicia para todos" y "no racismo" es un cliché sin sentido, inventado y usado porque "se escucha bien", o porque ayudó, en su oportunidad, a consegir más votos, no para ser cumplidos.