martes, julio 21, 2009

¿EN QUE NOS EQUIVOCAMOS?

Mi balcón, de pronto, empieza a saltar de un lado a otro.
Estoy en una sala médica, varias personas aburridas de la espera entablan una conversación. Un señor protesta porque el seguro de la Caja Nacional está cada día peor, lo grave es que no puede ir a otro lugar ya que es jubilado y le descuentan cada mes por el Seguro. Otra señora cuenta que los otros seguros que existen son iguales o peores ya que sus hijos están asegurados en ellos y tienen casi los mismos problemas que en la Caja Nacional pese a que son más caros. Una embarazada terció en la conversación contando que mil veces peor es acudir a los médicos particulares o Clínicas privadas, ya que les cobran sumas astronómicas y casi siempre les engañan o cobran por operaciones no necesarias.
De pronto mi balcón dió un giro y me encontré en medio de una multitud que protestaba en el hall principal de la Corte de Justicia. Algunos estaban molestos por la retardación de justicia en sus casos, por la falta de jueces en algunos Juzgados o de Vocales en algunas Salas.
Mi balcón salió disparado y ví a varios profesionales abogados, médicos, ingenieros que comentaban preocupados sobre el Decreto Supremo dictado por el Gobierno mediante el cual pretende "socabar" al Colegio de Abogados, ya que éste sería el primer paso para acabar con todas las otras instituciones colegiadas.
Seguimos recorriendo y me encontré dentro un grupo de personas en cuyos rostros se veía la desconfianza y confusión mientras oían las alabanzas y críticas mutuas que hacían el gobierno y varios polìticos que pretenden terciar en las elecciones.
Entonces surgió en mi mente la pregunta: ¿EN QUE NOS EQUIVOCAMOS? Si, tanto electores como elegidos debemos hacernos esta pregunta.
Estoy segura que la mayoría de los bolivianos estábamos cansados de los viejos políticos de siempre, de las mismas siglas o partidos politicos que cual carrusel regresaban al poder, porque todos, algunos más otros menos, hicieron lo mismo, mentir, robar y engañar al pueblo. Pedimos algo nuevo y surgió algo nuevo, pero el remedio resultó peor que la enfermedad en la gran mayoría de los casos, porque el gobierno se convirtió en un "es la hora de mi venganza", "hoy me toca a mí" y otros epítetos y en vez de surgir y hacer surgir a Bolivia como una nación unida, la dividieron, quedando ahora más débil que nunca ante los intereses codiciosos de otras naciones y empresas multinacionales.
La misma pregunta ¿EN QUE NOS EQUIVOCAMOS? va para las distintas Instituciones, tanto públicas y descentralizadas como Ministerios, Alcaldías, Prefecturas, Cajas de Salud, Poderes del Estado o privadas como colegios profesionales, partidos políticos; que nacieron o fueron creados por hombres y mujeres visionarios, con altos ideales de guardar y salvaguardar a todas las personas, pero estas normas e ideales fueron cambiando y convirtiéndose en instrumentos de lucro y de poder para sus líderes, alimentando solo sus apetitos personales y olvidándose de la verdadera esencia o espìritu para la cual fueron creadas.
¿Nos equivocamos al pretender ser gobernados por algún patriota que piense antes que nada en Bolivia? ¿Se equivocaron al dictar leyes o decretos sin sopesar los pro y los contra? ¿Nos equivocamos al denunciar las molestias y malos tratos sufridos en todas las instituciones? ¿Se equivocaron al colocar en puestos claves a pesonas neófitas o no profesionales?¿Nos equivocamos al agruparnos en instituciones para defender nuestros intereses ante personas de mala fé? ¿Se equivocaron al dejar de lado normas y reglamentos para ocuparse solo del lucro? ¿Nos equivocamos al creer ingenuamente que todo cambio era mejor?
La pregunta está dada: ¿EN QUE NOS EQUIVOCAMOS?Justificar a ambos lados

miércoles, julio 08, 2009

SOLEDAD

En las calles veo a las personas que caminan lado a lado, algunas presurosas, otras despacio como paseando, sin fijarse las unas en las otras. Me pongo a pensar como será el mundo de cada una de estas personas que pasan indiferentes. Puede ser una persona feliz, un suicida, un asesino, una persona triste o una persona solitaria necesitada de una compañía. ¡Quién sabe! Cada uno está inmerso en sus propios problemas, cada uno está solo en su propio mundo.

DRAMA ESTUDIANTIL

Y mi balcón sigue viajando y yo observando.
Existen muchas clases de dramas, pero el que observo día a día desde hace algunos años es el de los estudiantes, en su mayoría niños pequeños, que tratan de abordar una movilidad haciendo miles de peripecias ya que éstas no paran bien cuando ven escolares, ya que saben que no pagarán la tarifa completa por existir una norma legal que establece una tarifa especial para los estudiantes. Es triste verlos correr detrás de los micros u omnibuses para subir el momento que éstos paran a tomar un pasajero adulto. Cuando logran subir, si es un minibus deben ir de pie y doblados en dos porque la altura de la movilidad no les permite ir rectos, o sino los hacen sentarse detrás del asiento del conductor, con gran incomodidad de los niños y los pasajeros. Si es un micro no les permiten sentarse, así la movilidad esté vacía. ¿Porqué no permiten que el niño vaya sentado en un asiento? ¡Si no están viajando gratis! A veces pienso que por esta conducta se olvidan que alguna vez fueron niños o que tienen hijos, nietos y/o hermanos pequeños

lunes, julio 06, 2009

¡AY LOS CHOFERES!

Mi balcón viaja en un minibús. Estas mini-vagonetas que tienen capacidad para doce personas comodamente sentadas, incluyendo el chofer, actualmente están "adaptadas" para dar cabida a 15 personas porque en el pasillo aumentaron un asiento en cada fila. Estas movilidades, que reemplazaron a los grandes colectivos o buses, son las más populares, especialmente para distancias cortas, ya que para los que trabajan y tienen que recorrer grandes distancias, es mejor acudir a los autos intitulados "trufis" por ser más rápidos aunque el costo es un poco mayor.
Muchas personas que salían apresuradas tomaron "al asalto" la movilidad ya que tenían obligaciones en el hogar o debían recoger a los niños del colegio. De pronto, nos vimos entrando en una estación de gasolina, por lo que una persona reclamó al chófer por su falta de consideración y respeto, además de violar una norma de tránsito, pero el chófer no contestó. Otra persona reclamó en la misma forma y el chófer se justificó contestando que "recién está empezando y por eso no pudo echar gasolina antes". ¡Típico!
Pero esto no es lo único que pasa al subir a un minibús. Todos, o casi todos los choferes cuando no tienen muchos pasajeros, manejan tan lento que desespera. Dá la impresión que están "contando las piedras del camino", se paran delante de cualquier persona que ven en la acera, parecería que un momento de esos el chofer se va a bajar para convencer a esa persona que suba a su movilidad. Pero cuando ven que otra movilidad (que va por la misma ruta) quiere rebasarlos ¡agárrense de donde puedan! ya que emprenden una carrera como si la vida les fuera en ello. Si alguien (pobre pasajero) desea bajar (o subir), pegan una frenada aterradora y se detienen, pero ¡ojo! no lo hacen pegados a la acera como corresponde, sino a dos metros de ella y en posición "oblicua", esto para evitar que "la competencia" le sobrepase.
En la noche (nueve o diez) cambian su ruta o la "acortan" a su capricho, sin importarles cuantos pasajeros están llevando (que generalmente a esa hora no son muchos). Ahora están "considerando" un alza de precios en las tarifas, porque no ganan bien, según ellos, quisiera preguntarles ¿En que mundo viven señores? Todos, absolutamente todos estamos en crisis, no hay trabajo, los sueldos no alcanzan, los alimentos están cada vez por las nubes y ustedes quieren subir a los pasajes. Resulta risible, porque después están "rematando" en algunos puntos claves cuando vocean "por un peso" o "uno cincuenta". Deberían analizar esta situación bien antes de someterse o someternos a un conflicto.

domingo, julio 05, 2009

TRAMITES

¿Quién no tuvo alguna vez que realizar un trámite? Creo que eso es de lo que no podemos salvarnos, ya que todos, absolutamente, nos vemos en la necesidad de "caer" en las garras misteriosas y entrelazadas de las oficinas públicas y para empeorar, de los tramitadores. La vez pasada, paseando en mi balcón, escuché la conversación de dos personas de edad, que se quejaban de las "idas y venidas" que tenían que hacer en algunos Ministerios u oficinas públicas para sacar o recabar ciertos documentos que les era muy necesarios. Uno de ellos, contaba que le tocó ir a la H. Alcaldía Municipal para sacar una certificación de Catastro de su pequeña vivienda, ya que necesitaba venderla. Como su casita fué adquirida hacen mas de 30 años, pensó que con presentar su Testimonio y pago de impuestos al día sería suficiente. Pero resulta que por nuevas disposiciones, primero le pidieron sus planos aprobados, presentó pero estos no estaban bien, pues faltaba no se que sello, entonces tuvo que realizar un trámite de aprobación de planos como si recién hubiera construido. El gasto era enorme, se prestó de todos sus parientes para sacar su bendito Certificado. Lo peor es que ese trámite, que segùn la H. Alcaldía solo duraba 10 a 15 días, ya llevaba 3 meses y aún no le entregaban nada. Parece que el "vuélvase mañana" aún impera.
El otro señor narraba sobre sus "penurias" en las oficinas de Derechos Reales. De igual forma que su amigo, su departamento era antiguo, para conseguir un préstamo en el Banco, debía presentar el Folio Real, actual sistema que reemplaza a la Tarjeta Computarizada. Creía que todo estaba bien, pero le rechazaron porque en la tarjeta habían escrito su apellido con "z" y en su cédula de identidad era con "s". Además no estaba consignado en la escritura su otro nombre. Dijo que tuvo que hacer un juicio de rectificación, hacer inscribir nuevamente para que le puedan dar el Folio. ¿Tiempo? indicó que ya tenía un año y medio que estaba tras este trámite.
Esta clase de problemas son originados, generalmente, por la ignorancia o poco conocimiento de las personas sobre determinados trámites. Según pude observar, existen empleados que no orientan a las personas en forma debida, algunos hasta se molestan cuando éstas les preguntan. Parece ser que se olvidan que su misión es servir, ayudar a la gente, para algo son "Servidores Públicos" ¿no les parece?

sábado, julio 04, 2009

MARATON

Mi balcón está ubicado en la esquina de la calle Batallón Colorados y Avenida 16 de Julio en la ciudad de La Paz. Mediodia, momento de salida de niños del colegio y de adultos de las oficinas. Veo gente esperando que se encienda el semáforo para poder cruzar la Avenida. Deben cruzar primero la vía de subida hasta la parte central, luego la vía de bajada hacia la otra acera. Rojo, amarillo (listos) y verde! arrancan en forma desesperada, mayores y menores, intentando cruzar hasta el otro lado, atravezando el lugar de la fuente. Algunos, los mas veloces, alcanzan, otros, se quedan en el medio, esperando cinco o siete minutos para que se vuelva a encender el semáforo. Si esta escena pasaran como serie cómica, sería un éxito. Pero en la realidad es desesperante. El semáforo que da paso a peatones y a las movilidades que suben de la calle Batallón Colorados es tan corto, que apenas pasan 3 movilidades en el mejor de los casos si no estan bloqueando otras movilidades y los pobres peatones deben emprender una carrera para poder llegar al otro lado y así abordar la movilidad que les llevará a su hogar, convirtiéndose esta controversial esquina, en una pequeña minimaratón.

PREAMBULO

Tengo un balcón invisible, desde el cual contemplo, expecto y a veces participo de hechos y pequeñas cosas de la vida. que van transcurriendo cotidianamente como en un gran teatro, de manera casi insignificantes pero que, a la larga, resultan importantes.
Ese gran teatro que es la vida, como diría Alejandro Casona, está lleno de sorpresas, unas tristes, otras alegres y muchas aterradoras, pero las cuales debemos sortearlas y aunque sea a tropezones, tenemos que vencerlas y evitar que las mismas nos venzan.
Voy a tratar de describir muchos de estos pequeños dramas cotidianos en nuestra vida, los mismos que transcurren minuto a minuto, no para convertirlo en una serie novelada, sino para que nos ayude a reflexionar y a enmendar en muchos casos.